Variaciones (L'Année dernière à Marienbad, Alain Resnais 1961)

18.04.2020

En un barroco hotel, un extraño, X, intenta persuadir a una mujer casada, A, de que abandone a su marido, M, y se fugue con él. Se basa en una promesa que ella le hizo cuando se conocieron el año anterior, en Marienbad, pero la mujer parece no recordar aquel encuentro.

O quizás...

En un lugar fuera del tiempo, un extraño, X, intenta persuadir a una mujer recientemente fallecida, A, de que abandone ese limbo sin nombre, ese hogar de espectros. Se basa en una promesa que ella le hizo, en Marienbad, o tal vez en los bosques de Tracia, cuando aún recordaba el nombre de su amado (Orfeo) y el suyo propio (Eurídice).

O quizás...

En un lugar de confinamiento, un extraño, X, intenta persuadir a una mujer, A, de que regrese al mundo exterior. Ella ha perdido la capacidad para recordar que hubo un tiempo en que no estaba prisionera tras aquellos muros, justo antes de que se propagara aquella extraña enfermedad, y de cómo ambos sellaron su amor en una casa bajo las estrellas.

O quizás...

Mientras agoniza en su pesadilla, perfumada por vapores de opio, un extraño, X, imagina que vuelve a encontrarse con la mujer que una vez perdió, A. En sus sueños, intenta reformar una realidad que se niega a ser suprimida. X  no puede asumir que el tejido de lo real está tambien imbricado en su subconsciente, e insiste, inútilmente, en una fuga que nunca tendrá lugar porque nunca tuvo lugar.

O quizás...

Los muros de una vieja casa sin nombre, antes llena de vida y ahora deshabitada, han sido sin embargo impregnados por los recuerdos y los diálogos que una vez dieron música a sus salones. Entre esos recuerdos, están los de un extraño, X, y su amante, A. La culminación de su romance se produjo en el exterior, bajo otro techo, en otra ciudad, en otro tiempo. Por esta causa, en las paredes y los espejos, sólo quedó grabada una interminable letanía de románticos requiebros sin respuesta.

O quizás...

En una cinta de celuloide gastada que alguien proyecta obsesivamente, puede verse cómo un extraño, X, se acerca a una mujer, A, con palabras que se repiten en un bucle eterno. El grano de la imagen se distorsiona, los personajes se disuelven en el brillo de la pantalla. La historia avanza y retrocede sin cesar, atrapada entre la imperfección de la materia fílmica y la compulsión del anónimo observador.

O quizás…

X y A se encuentran en un mundo donde el lenguaje ha perdido su significado. Cada frase es una sombra de un recuerdo que alguna vez tuvo sentido, pero que ahora es solo un eco desconceptuado. X insiste en algo que no llegamos a entender, quizá le habla de una promesa que ambos realizaron en el pasado, pero A solo sonríe, como si las palabras fueran pájaros que se posan en su mano antes de desvanecerse en el aire.

O quizás...


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