Microcosmos (Contactos, Paulino Viota 1970)
Más allá de la soterrada descripción de la vida de militancia, apenas entrevista en conversaciones que no llegamos a escuchar, en la alienante rutina del trabajo servil, en libros de Friedrich Engels leídos en la aparente seguridad de las habitaciones de una pensión (esa misma pensión que funciona como microcosmos de la sociedad franquista), existe una voluntad, un amor por el cine que la no-narración de Contactos no puede evitar transmitir.
Quizá sea por su forma de filmar los espacios, quizá por el uso de sus continuas elipsis narrativas, pero la ópera prima de Paulino Viota no consigue sólo dar testimonio textual y físico de los estertores de un régimen dictatorial, también lo da de la existencia de un cine libérrimo y pasional, hecho al margen de cualquier industria y, por ello, tan vigente hoy como en el mismo momento en que fue concebido.